
Querid@ lector, espero estes de maravilla.
Siendo esta mi primera pequeña y bella participación en esta sopita de letras, quiero iniciar presentándome. ¡Hola! Mi nombre es Alondra Michelle, estudié Imagen y Relaciones Públicas, tengo 23 años y este año me volví un nuevo ingrediente de soup.
La verdad no tenía muy claro sobre qué escribir o como empezar, pero si lo notaste estoy justo en esa etapa de “ser un adulto independiente” y lo pongo entre comillas porque en realidad ni eres adulto, ni eres independiente; más bien, estás en el proceso.
En soup somos una agencia creativa, en donde la gran mayoría de sus integrantes somos jóvenes y eso nos ha hecho conectar no solo en lo profesional sino también en lo personal, fue por eso que se me ocurrió hablar de lo siguiente.
En la universidad leí un libro del autor Helios Herrera “Tu carrera después de la carrera” que intenta comunicar a los jóvenes lo que es el mundo allá afuera, abrirles los ojos hacia aquellos retos que van a enfrentar una vez que la escolaridad termina.
Con solo escuchar el título del libro uno puede suponer que cuando crees que todo ya está solucionado comienza el verdadero maratón. Sobre todo en la actualidad, una carrera ya no es garantía de tener éxito profesional y es que a lo largo de los años el estereotipo y definición de felicidad se ha vuelto subjetiva a la realidad de cada persona, pero cursar cierto nivel académico sigue siendo un requisito.
De igual manera resalta cómo los adultos llegan a juzgar la inexperiencia de nosotros los jóvenes, olvidando que nos llevan años de ventaja y no es que crea que el aprendizaje está peleado con la edad, pero tienen más tiempo coleccionando momentos y experiencias. Es un hecho que las decisiones que tomamos en nuestro presente lamentablemente son las que nos repercuten significativamente en nuestro futuro; una de ellas es la elección de una carrera universitaria, y por supuesto el destino que iniciamos después de concluirla.
Una vez alguien me dijo que entre más crecemos, el círculo al que podemos pertenecer es más pequeño y selectivo, por eso es tan importante estar preparados. La vida laboral no es sencilla eso no es ningún secreto, pero tampoco hay que tenerle miedo, el autor a lo largo de la lectura nos presenta una serie de consejos para prevenir entrar en pánico en cuanto salgamos del aula de clases, algunos de ellos son:
Y yo agregaría uno más; si el futuro te estresa solo piensa que no eres el único en esta situación, esto quizá no te ayude pero tal vez te haga sentir menos mal; lo que intento decir es que es algo compartido y eso me hace pensar que la carga se vuelve más ligera, así que no te mortifiques y ocúpate.
La escuela solo es la etapa de calentamiento en espera de que griten ¡Fuera!… pero en esta carrera no basta con llegar primero sino de hacer el recorrido lo más correcto posible, pues un paso en falso nos puede hacer no cruzar la meta. Comienza la lucha por la supervivencia, una batalla que día con día miles de personas viven.
Hoy, ya con una carrera terminada y trabajando en lo que me gusta; recuerdo que cuando estaba en el kínder pensé: solo la primaria, después solo la secundaria, llegué a la preparatoria y así a la universidad; creí que había llegado al final del camino, pero resultó que no, que lo bueno apenas está por iniciar. Es como si me encontrara trepando una montaña cuyos escalones parecen nunca terminar, quizá sí hay un final, pero eso está en manos de cada persona, de ese sentimiento de autorrealización; porque me gusta pensar que el límite lo pone uno, que no todos estamos obligados a llegar al mismo lugar.
Recordatorio: ¡Push de chongo y a chingarle!
Nos leemos pronto c: